martes, julio 31, 2007

O máis grande do mundo

Antes que nada me toca, como buen alumno de portugués, dejar en claro que la expresión del título: "O máis grande do mundo" es incorrecta. Está mal utilizada. Aun no sé cómo se dice el más grande de todos, quizá porque no tengan al más grande de todos. O sea, Pelé no es Maradona. Tampoco es Brasil el país más grande del mundo. El título hace referencia a los Estados Unidos. Y ya sé que los anglosajones de América no pertenecen a Latinoamérica. Pero en estos momentos me encuentro por estas latitudes, y el mundo se ha globalizado de un modo tal, que todo tiene que ver con todo. Por caso, mis anteriores experiencias en estas tierras de habla sajona, fueron bastante tortuosas a la hora de comer. Porque por más que uno estudie 20 años inglés, nunca se aprende las comidas, los postres y demás cuestiones culinarias. Pero ahora es más fácil, con un pequeño acento mexicano a mis frases de español, pido lo que quiero y pregunto tranquilamente lo que trae cada plato. Claro está, que ahora los problemas son por las comidas gourmet, otra vaina que vuela alrededor del globo y uno no sabe lo que está por comer, por más que sea un políglota de diez idiomas.

Yo no sé cómo hago, pero se me ocurre algo para comentar en el blog, y la presentación y digresión del primer párrafo se va por las ramas. Iba a decir porqué son los Estados Unidos de Norteamérica, el país más grande del mundo. Y no va la valoración de "grande" vinculada a que que bueno, que buen sitio, que bueno esto y que bueno lo otro, sino que directamente al tamaño. Algunos dicen que el tamaño no importa, para otros es fundamental. Bueno en USA (las siglas de United States of America que en realidad vienen a significar que ellos "usan" a todos los países, regiones, personas) el tamaño sí es importante.

A ver, llegás al aeropuerto internacional de Miami, donde la lengua oficial es el español. No es necesario saber una gota de inglés, y no hay ninguna necesidad de esconder el acento argentino. De todos modos, los vuelos de Sudacalandia llegan al confín del aeropuerto, como si no quisieran que los latinos del sur pisáramos muy adentro de esta tierra. Ahí tenés la primera aproximación de lo grande que es el airport. Caminás hasta que te explotan los pies, que se te hincharon por las ocho horas de vuelo. Para todos las familias ricas que van para Orlando, es como que Disney ya empezó, porque lo que caminan acá es menos de la mitad de la peregrinación eterna que harán en los parques quitadinero en busca del dios súper ratón.

Debe haber como 30 puestos de control de pasaportes, cinco para iuesciticens y el resto para "visitors". Huella digitales de ambos índices, preguntas y repreguntas, y las colas que son las más grandes del mundo. Más de 20 minutos lo que debiera ser algo más simple. Pero ellos solo dejan filtrar cuando les surge la necesidad, en construcción principalmente. Ya saben, la frontera con México drena sangre o sudor laboral según el humor del mercado americano. Hasta a la ex-esposa de Diego Maradona le toca hacer la misma cola, responder las mismas preguntas y posar sus dedos índices. Te vas a recoger el equipaje y la cinta transportadora es la más grande del mundo.

Íjole diría un mexicano, te pasean la maleta/mala/valija por todos lados. Y si te quedás en una punta esperando la tuya, puede ser que creas que no llegó, porque hay un luggagecollector (un man) sacándolas del otro lado. Pasás por todo eso, te vas para donde te dicen que está tu vuelo en conexión a Chicago (mierda que les voy a entrar hasta el medio de su tierra) y llegás a otra cola que parece que estuvieran regalando billetes de 100 dólares. Larga, desesperada. Y solo es para sacarse los zapatos, sacarse el cinturón/correa, el saco, el abrigo, los aros/aretes/pendientes, las cadenas, el celular/tel móvil, las monedas, casi todo y pasar ante la mirada firme, seria, el gesto dusto de un bigote prolijo que te dice "OK". Gracias, cuidan la seguridad de todos. Es el control más grande del mundo.

Pasás, tu vuelo ya lo llamaron tres veces, pero prácticamente te tenés que vestir nuevamente, guardar la notebook a los apuros y corrés, por otra parte gigante del aeropuerto. Es que ya estás dentro de los Estados Unidos. Y es la conexión entre la punta malolienta del casi contacto con los sudacas hasta el otro extremo donde el español cae en desuso, se extirpan los vocablos castellanos y ya nada dirán en otro idioma que no sea american english. Y caminás hasta tu puerta, y caminás, en un momento se te ocurre que la conexión con Chicago quizás sea a pie. De tanto caminar, estás cansado y te dormís hasta la ciudad que brilló y disfrutó del gran Emjei, el más grande de todos los tiempos en Basket, Michael Jordan: Chicago.

No voy a decir que tuve que caminar un montón para reclamar el equipaje también en Chicago, ni tampoco que la cinta transportadora de las maletas era una serpiente gigante que giraba sin cesar aun cuando no había ningún equipaje, porque eso sería repetir mucho de lo escrito para el aeropuerto de Miami, y se transformaría en la redundancia más gran de este blog.

Y mirá si son grandes, que cuando salís, los taxis no te esperan a vos, si que vos los esperás a ellos. Y los autos/carros/coches sí son los más grandes del mundo. Son generalmente para dos personas y tienen más trompa que diez elefantes aparéandose (les crece cuando lo hacen) y el baúl es tan grande que caben los diez elefantes dentro. El aire acondicionado es verdad un témpano de hielo inmenso que llevan en el techo para refrigerar semejante espacio. Por favor, mis dos maletas se perdían dentro de la cajuela/baúl/maletero de un gigante amarillo conducido por un non-american. Acá los trabajos que no les gustan a los yanquis, los hacen los extranjeros. Pero eso no lo voy a escribir, porque es algo ya muy sabido por todos.

Volviendo al taxi, estos podría llevar de 6 a 14 como dice el cuento de los taxis en Argentina. Para los que no lo conocen, lo taxis en Argentina llevan escrito en el parabrisas el horario en que debieran ciruclar. Digo debieran porque no creo que nadie respete eso, por eso no somos los más grandes nosotros, nadie nos respeta pero porque nosotros no nos respetamos entre nosotros. Como sea, cinco gallegos (no sé porqué comenzamos hacer bromas sobre gallegos, pero es una muestra de la falta de respeto y de ignorantes, porque a cualquier español le decimos gallego) paran un taxi, y el conductor les dice que solo puede llevar a cuatro, por las reglas (ya el chiste es medio complicado, porque habría un taxista que respetara algo). Entonces, uno de los gallegos le reponde, pero si ahí dice de 6 a 14. Una pena los que no se rieron.

La cuestión que en el taxi que me llevó desde O'Hare Airport al Hyatt Hotel & Resort por la módica suma de cincuenta retratos de G. Washington podría llevar 14 pasajeros como si se tratara de una mini van. Hasta eso son los más grandes, porque la van que me llevó desde el hotel a la oficina era la más pequeña que tenían, y era la más grande que podríamos conseguir en cualquier sitio de nuestras lejanas y latinas tierras. El resto sería un ómnibus para nosotros.

¡Ah! el hotel, desde la puerta hasta la recepción hay sitio para dos campos de fútbol, aunque no sabrían qué hacer en ellos. La habitación tiene lugar como para que duerman (o la pasen muy bien) los catorce que entraban en el taxi más los diez elefantes apareándose.

Oh! I almost forget. The doors. You should see the big doors they have at the office. Uy, perdón. Se nota que mi inglés fluye desde el cerebro al teclado. Es que si veo una puerta, por dentro piense en door en lugar de traducir a puerta. Esa es lo que colabora a un inglés fluido. Lo que quise decir es que me olvidaba de las puertas de la oficina. Deberían verlas. Son enormes, altas hasta el techo y es obvio que el techo no es bajo. Para que se den una idea, ojo que hay que pensar un poco, los picaportes de nuestras puertas están más o menos a un metro del piso, y se puede decir sin errarle por mucho que una puerta tiene como dos metros de alto. Pero acá, en el país más grande del mundo, los picaportes están a dos tercios de lo que sería la altura de la puerta, y está a algo menos que un metro del piso, por lo que pulgada menos, las puertas tienen como tres metros.

Hasta las medidas son las más grandes del mundo. En vez de medirlo en centímetros, lo miden en pulgadas, que son alguito más de dos centímetros y medio. No hay kilómetros, bueno sí los hay pero están incluidos en lo que sería una milla. Todo es más grande, los pies son como treinta centímetros y hasta los minutos son más largos, más grandes. Los partidos de Básket duran cuatro cuartos de doce minutos, pero en la realidad son casi tres horas. Es cierto que es por la televisión y esas cosas, pero eso es para otro comentario.

Y la temperatura, ¿qué me contás de la temperatura? ¡Qué necesidad de medirla en grados faréinjeit!, los mentados F. Noventa grados de temperatura, no sabés si te hablan de un ángulo recto o del calor que hace. Por favor, hasta el termómetro es más grande. El agua se congela a los 32° F y hierve a los 212° F. Es decir que 0° C = 32° F y que 100° C = 212° F. De lo que se desprende que para llevar de Centígrados a Fahrenheit, multiplicamos los C por nueve quintos y sumamos treinta y dos. Sería entonces, 100 x 9 / 5 + 32 = 212 para que se hierva el agua del té. Y para hacer aistí (té helado) habría que hacer 0 x 9 / 5 + 32 = 32. ¿La cacharon? De F a C, debés hacer F-E-D y llegás a C.

La comida también es la más grande del mundo. No lo es por el sabor, ni por el estilo gourmet, ni por nada de eso. Sólo es por tamaño. Los platos son los mismos que usamos en Argentina, esos blancos gigantes que vienen llenos de ají molido, perejil picado o de caramelo si se trata de un postre, y la comida allí perdida en medio o a un costadito en caso de los chefs más osados. Acá no, todo ese fondo blanco no se ve. Una entrada de calamari era una porción de rabas como para tres. Así que de entrada y final fue el plato. Directo al postre, tremendo mousse con una super galleta, algo así como un pepito en versión XXL (extra extra large). El vino vino (valga la redundancia del vocablo) tamaño normal, y eso me hizo enfadar. El cardiólogo me permite un vaso de vino por las noches, y como pedí vino americano (de California) tenía la leve esperanza que viniera en tamaño americano. Como en el caso del café en Buenos Aires, lo pedís americano y te viene un jarrito mucho más grande que el pocillo normal del café.

Todo es XXL en América, como les gusta llamar a ellos a su país. God bless America no nos incluye en la bendición santa. Tampoco somos parte del All-American nada con el que definen a todos. Apenas si American Airlines tiene algunas cositas en español. No nos incluyen pero si nos USAn. En fin.

Sigo con la cena, me quiero pedir un capuchino para acompañar y el tamaño disponible más pequeño es TALL (tan solo a los efectos aclaratorios la traducción al español es “alto”). Así de gigante es este país, por eso caben en él los New Cork Giants (los Gigantes de Nuevashorc) y la película SUPERSIZE ME (Agrándame) que pone de manifiesto algunas vicisitudes alimenticias de estos gringos. Ahora entiendo porque todo el mundo parece embarazado de ocho meses. Hasta las panzas son las más grande del mundo. Conclusión y error gramatical portugués mediante: Os Estados Unidos de America é o pais máis grande do mundo. Así, en brasileño, ya que ellos al menos le comenzaron a pedir VISA a los gringos. Y ya sabemos todos que ellos usan American Express, no podría ser de otro modo.

lunes, julio 09, 2007

El día que nevó en Buenos Aires

Y un día nevó en Buenos Aires. Y eso que Buenos Aires es grande, porque involucra a la ciudad y los alrededores, que devienen en llamarse el Gran Buenos Aires. Todo esto para decir que nevó en mi terruño. En mi lugar en el mundo, en el nido de mis sueños, en el refugio de mis amores, en mi casa, para ser más precisos.

Estaba yo haciendo algo de trabajo, no quiero explicar porqué estaba yo trabajando en un día feriado (Día de la Independencia), porque eso es para otro blog (www.micubiculo.blogspot.com), cuando se largó una nevizca que terminó siendo nieve nieve nieve, como la de Bariloche, como la de los pomos de carnaval, como la nieve. Interrumpida mi tarea por la sorpresa de mi amada esposa, nos dispusimos a sacar fotos y filrmar videos. No de esos tipos de fotos y videos no. De la nieve, la típica foto de brazos abiertos y hombros encogidos. La típica foto de sonrisa blanca como la nieve, encapuchados, arropados, cagados de frío.

Y para justificar la entrada en este blog, comento que la nieve en México es una escarcha con colorante y sabor a nada que para nosotros en Argentina sería como una especie de helado de agua mal hecho. A la misma mezcla, con algo de frutas y jalea le dicen Cholado en las tierras caleñas.

Demasiado texto, para imágenes que hablan por sí solas.

Si nos les gustan las fotos, les muestro dos de los videos. El primero de la nevizca: Nevizca en Ballester y el segundo de la nieve, nieve, blanca, suave, fría, hermosa: Yingulbel. Luego me cuentan.

Basta por hoy, algo que mucha gente de estas tierras recordará como el día que nevó en Buenos Aires. Para esos que dicen: "¡Qué lindo que sería Buenos Aires siempre así!", les regalo este:

DIARIO DE UN RECIEN LLEGADO A BARILOCHE (me lo mandó alguien que se mudó de Buenos Aires a Bariloche y que se volvió)

1 de Febrero
Me mudé a Bariloche. Tengo una casita arriba en la montaña, en Villa Catedral. Es tan lindo acá! El paisaje es hermoso, los bosques son increíbles. No me banco las ganas de ver todo cubierto de nieve!

15 de Abril
Bariloche. El lugar más lindo del planeta. Las lengas se pusieron rojas. Fui a pasear por el valle y vi algunos ciervos. ¡Son tan lindos! Deben ser de los animales mas hermosos de la Tierra. Esto debe ser el paraíso. Me encanta vivir acá. La Junta Vecinal compró una limpiadora de nieve.

1 de mayo
La temporada de caza empieza en unos días. No me imagino a nadie matando animales tan hermosos. Espero que empiece a nevar dentro de poco. Es maravilloso vivir acá.

3 de junio
¡Anoche nevó! Me levanté y encontré todo cubierto de una capa blanca. Parece una postal. Salí a limpiar las escaleras y la vereda. Tuve una pelea de nieve (yo gané). Después pasó la limpiadora de nieve y tuve que limpiar la vereda de vuelta. ¡Que lugar hermoso! ¡Amo Bariloche!

11 de junio
Más nieve anoche. La limpiadora de nieve me volvió a tapar la vereda. Me encanta vivir acá.

20 de junio
Más nieve anoche. No pude sacar el auto del garage. Es hermoso acá pero estoy exhausto de palear nieve. ¡Limpiadora de nieve de mierda!

3 de julio
Más de esa mierda blanca anoche. Tengo ampollas en las manos y me duele la espalda de palear. Me parece que el chofer de la limpiadora me espía desde la esquina y espera a que haya terminado para pasar.

15 de julio
¡Más nieve! Si alguna vez lo agarro al conductor de la limpiadora juro que lo mato al idiota. No entiendo por que no tiran tierra y sal para fundir la nieve. Se lo voy a proponer a la Junta Vecinal.

22 de julio
¡Más mierda blanca de mierda anoche! Hace tres días que no salgo excepto para palear la nieve cada vez que pasa la limpiadora. No puedo salir a ningún lado, el auto esta bajo una montaña blanca y hace un frío de cagarse. El pronóstico dice que esta noche van a nevar 25 cm más. No quiero ni pensar cuántas paladas son 25 cm.

23 de julio
¡El pronóstico se equivocó! ¡Fueron 75 cm! A esta velocidad no se va a derretir hasta el verano. La limpiadora se encajó en el camino y el idiota me vino a pedir prestada la pala. Despues que le dije que rompí 6 palas sacando la nieve que el me tiraba, casi rompí la 7ma sobre su cabeza.

2 de agosto
Finalmente pude salir de la casa. Fui al super a comprar comida y en el camino un ciervo se me cruzó. Son mas o menos $2,000 de chapa y pintura. Esas bestias idiotas deberían ser eliminadas. Me hubiera gustado que los cazadores hubieran sido más efectivos.

10 de agosto
Llevé el auto al taller en el pueblo. ¿Pueden creer que está todo oxidado de la nieve y la sal en las calles?

15 de agosto
Me voy al Norte. No puedo entender como a alguien le puede gustar vivir en este lugar.